Las fundaciones comunitarias: el sistema -es más- que la suma de las partes

Las fundaciones comunitarias: el sistema -es más- que la suma de las partes

Ángela Báez-Silva es actualmente directora de TerritoriA  Territorios en Acción, se ha desempeñado como consultora en organizaciones, en temas de transformación cultural e impacto social, diseño de metodologías de cambio, diálogo y aprendizaje reflexivo.


 

En noviembre, Comunalia hizo posible que equipos de tres países de Suramérica (Colombia, Chile y Perú) hiciéramos un viaje de aprendizaje en el marco de nuestro trabajo como parte de la Comunidad Iberoamericana de Aprendizaje de Fundaciones Comunitarias -CIAF-. México es el único país que hace parte de la CIAF, que cuenta con Fundaciones Comunitarias desde hace casi dos décadas, así que su experiencia nos ha permitido enfrentar el reto de promover la creación de Fundaciones Comunitarias, en nuestros países, paradas sobre los hombros de sus aprendizajes. 

Más de 30 personas tuvimos el placer de visitar ocho Fundaciones Comunitarias mexicanas (en Monterrey, Malinalco, Oaxaca, Mérida, Puebla, Guadalajara, Chihuahua y Querétaro), quienes nos recibieron de manera muy generosa: compartiendo sus mejores prácticas; reflexionando sobre lo que hoy consideran como errores, y conversando de manera participativa sobre los retos y perspectivas por venir. Lo anterior hizo de este viaje, tanto para los equipos de fundadores como para las organizaciones de soporte, una experiencia de aprendizaje genuina, útil y profunda. 

Una de las comprensiones más relevantes para el equipo Colombia (y probablemente para todos) fue darnos cuenta que hacemos parte de un movimiento global, que las Fundaciones Comunitarias pueden tejer también una comunidad más amplia que está dispuesta a apoyarse, facilitar aprendizajes y que permite ampliar la capacidad de incidencia y catalizar recursos. Reafirmar el deseo de pertenecer a un movimiento mayor que cada Fundación individual, demostrar con acciones de compartir el valor que tiene el estar recorriendo el camino juntos y reconocer la relevancia y necesidad de declarar participativamente los principios de acción que nos unen, fueron experiencias que nos enriquecieron y llevaron a poner un foco especial en nuestras acciones en 2023, tanto a nivel país como CIAF. 

 

Por otra parte, igualmente relevante, el viaje nos permitió ver de primera mano la amplia diversidad de formas de organización y estructuras en las que se puede realizar una Fundación Comunitaria, lo que puso de relevancia la interrelación entre las historias de los territorios y el modo en el que se va configurando cada Fundación. Esta comprensión alimentó ideas e intuiciones que teníamos sobre cómo podrían ser las prácticas particulares y cuáles los valores agregados específicos de las Fundaciones en nuestras regiones y por ende, nos dio confianza para tomar las decisiones en coherencia con los territorios.

Finalmente, las Fundaciones anfitrionas nos invitaron también a reflexionar sobre las tensiones de transformación que enfrentamos: al ser locales, reproduciremos dinámicas culturales. Esas mismas dinámicas que hoy tienen a los territorios en condiciones que queremos cambiar y que a la vez constituyen las riquezas que hoy tienen nuestras comunidades. Así que escuchamos un llamado a ver que esas prácticas que nos harán únicas y pertinentes también pueden convertirse en nuestras propias limitaciones, y por ello, si queremos ser un motor que contribuya al cambio sostenible y autónomo, tendremos tres retos, que nuestras anfitrionas nos enseñaron: 

  • Mantenernos abiertas y atentas a cambiar: a aprender de otros, a reflexionar, a ver errores y reinventarnos. 
  • Ejecutar nuestros procesos con estándares diferenciales y que pueden ser retadores en nuestros contextos (Ej. la transparencia, la sistematicidad y la participación genuina, entre otros).  
  • Desarrollar una comprensión sistémica que oriente y se traduzca en acciones y formas de relacionamiento cotidianas coherentes con las transformaciones deseadas.  

 

En pocas palabras, este viaje en México hizo evidente el valor profundo que representa Comunalia para cada una las dimensiones del funcionamiento de las Fundaciones Comunitarias y de las organizaciones de soporte: en la diversidad, mantenernos como una; en la especificidad de cada contexto, actuar en alianzas cataliza, y ante las perspectivas de desarrollo, crecer anclados a la comunidad.